lunes

LAS VIRTUDES DEL GATEO


Mamá, ya sabes que desde que nací he sentido una curiosidad sin límites por todo lo que me ha rodeado, (los enormes ojos que abrí nada más nacer me delataron...) y, cuando tenía apenas días, y mi cuerpecito no controlaba cómo moverse, tú me ayudabas cogiéndome en brazos y paseándome de un lado para otro mientras me cantabas o hablabas. Mi visión aún no era muy clara, pero aprendí a reconocer espacios y caras que hoy me son tan conocidas como la tuya, la de papá, las de mis hermanos o las de los tíos y abuelitos, y a saber que el mundo era más grande que el limitado espacio que ocupaba mi cuna.

Después me gustaba que me sentaras en una hamaquita y ver cómo pasabas delante de mí y me alcanzabas juguetes cada vez que se me caían de las manos (¡es que era muy difícil sujetarlos!), con lo que aprendía a ver las cosas desde otra perspectiva, a empezar a enfocar mi visión a distintas distancias y a intentar acceder a los juguetes extendiendo un brazo, con el efecto colateral de escurrirme de la sillita (¡menudos sustos te he dado a veces!)

Ahora ya tengo siete meses. Intento mantenerme sentado solito en el suelo, tras aprender esta táctica tuya de separar las piernas y apoyar las manitas en el hueco que queda entre medias (¡qué lista eres, mami!), aunque aún me cuesta un poco... Y es que, veo mil y una cosas chulas a mi alrededor y todas las quiero, pero me desequilibro como una "muñeca rusa" cuando me muevo hacia un lado o hacia otro para alcanzarlas. Y es que, mami: quiero llegar a todo; jugar con juguetes, zapatillas, pinzas de la ropa, patas de las sillas, tierra de las macetas, libros a mi alcance, ¡y hasta con los enchufes! (aunque por la cara que has puesto, creo que esto último no te ha gustado mucho...) 
Para ello necesito espacio y que me dejes en el suelo, o sobre una alfombra, siempre que puedas.
  • Porque así aprenderé a disfrutar también en aquellos momentos en los que tú estés muy ocupada, ya que seré más autónomo y me entretendré en lugar de llorar hasta que vienes a jugar conmigo.
  • Porque si me desequilibro y me caigo, trataré igualmente de acceder a los juguetes, y me esforzaré por rodar como "una croqueta" o arrastrarme sobre la tripita.
  • Porque me acostumbraré a estar boca abajo y me daré cuenta de que es fácil levantarme apoyándome en las manos y en la punta de los pies; y así cogeré fuerza en los brazos y en las piernas para poder gatear.
  • Porque no se me "abollará" la cabecita por detrás de estar tumbado durante horas,  y nos evitaremos tener que usar un casco que me pesará, me dará calor, e impedirá que me sienta libre para gatear.
  • Y porque este será el primer paso para lograr una de las adquisiciones más importantes para un bebé ¡GATEAR!
Y es que sé por otros bebés que han gateado, que se han divertido mucho más ya que se les ha abierto un mundo de posibilidades al poder desplazarse sin depender de los mayores.  ¡Y super rápido!
Que gatear les ha ayudado:
  • A coordinar la visión,
  • A enfocar (previniendo estrabismos, problemas de visión, e incluso ¡ayudándoles a leer mejor cuando son mayores!)
  • A tener más equilibrio,
  • A desarrollar el sentido del tacto y la conciencia de las distintas partes del cuerpo (propiocepción),
  • A orientarse por los espacios y a saber frenar y acelerar para no "estamparse" con las paredes cuando, de pronto, aprenden a caminar sin previamente haber gateado. 
E incluso algunos me han dicho, que para aprender el patrón cruzado (avanzar mano derecha y pierna izquierda, y a la inversa), tienes que establecer conexiones entre los dos hemisferios cerebrales, lo que sentará bases a funciones superiores, a otras conexiones y a nuevos aprendizajes, entre otros,  escribir mejor cuando pueda manejar un lápiz.

Parece cosa de bebés... pero la verdad es que gatear va a ser muy importante para todo mi desarrollo posterior.

Así es que, mamá,
  1. Gracias por lo que me has ayudado hasta ahora, 
  2. Déjame libre en el suelo, siempre que puedas, para que gatee, 
  3. Y si dudas que pueda hacerlo solito, ¡vamos juntos a un TALLER DE GATEO en el que aprenderemos juntos (tú y yo), juegos que me ayudarán a gatear si me está costando y a optimizar mis movimientos si estoy con "mis primeros pinitos" en esto del gateo:
  • 4 sesiones de gateo a través del juego.
  • Para papá y bebés (práctico)                                                    
  • Una vez por semana.
  • Para bebés de 7 a 10 meses de edad  (consultar otras edades o problemas de desarrollo)



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